Con independencia del nivel de estudios adquiridos y la disciplina escogida, llega un punto en el que somos capaces de evaluar a los distintos profesores con los que hemos compartido horas lectivas, posiblemente y dejando a un lado las simpatías o matices personales de los profesores, podemos dividirlos en dos grandes grupos: Aquellos que se esforzaron por desarrollar un pensamiento, un deseo por conocer la materia, mantenernos actualizados y que daban una prioridad secundaria a la información pura y dura, y aquellos otros grises que se limitaron a cumplir con un temario, a forzar para conseguir que sus alumnos retuvieran un mayor número de datos y poco más.
Tal vez en disciplinas como la física o las matemáticas, retener un montón de fórmulas garantice al menos que habremos adquirido un conocimiento inmutable al que, con suerte, le podremos sacar alguna utilidad. En el caso de la seguridad informática hacer una aproximación formativa orientada a aprender programas o técnicas concretas es, en el mejor de los casos, la mejor forma de garantizar la obsolescencia en unos pocos meses (con suerte unos pocos años).
Cualquiera que pueda revisar manuales o libros sobre seguridad informática de hace unos pocos años y los contraste con la situación actual, se quedará extrañado al comprobar que hace no mucho se mencionaban herramientas de las que hoy día quedan muy pocas referencias y que están absolutamente olvidadas.
El libro que vd tiene en sus manos no es el típico libro técnico del que se puede esperar un conocimiento de unas cuantas herramientas que con suerte seguirán vigentes dentro de 2 años, este libro es un manuscrito atemporal, un libro que hace hincapié en la narrativa, en contar una historia que trasciende y mucho la parte técnica. Es, probablemente, la primera novela sobre seguridad informática escrita en España, un libro que se puede leer cuando las tapas aun tengan el brillo y color original, y mucho tiempo después, cuando el amarillo asome por las esquinas.
En este libro no solo se plasma el uso de una serie de herramientas que, obviamente cualquier profesional o aficionado al pentest debe conocer, se plasma una filosofía, una inquietud, una forma de pensar. La capacidad para crear una estrategia y adaptar tu mente a la de un pentester.
El verdadero valor de este libro va más allá de los datos puros y duros que podrás encontrar, su valor real es que, una vez te hayas introducido en el, es probable que nazca en ti la inquietud de seguir profundizando, de mantenerte al día.
Y todo ello gracias al fuerte carisma de sus personajes. Todos en alguna ocasión nos hemos sentido como Ángel, el protagonista, persiguiendo a nuestra Yolanda particular.
En definitiva, este es un libro que ha sido escrito para terminar en la estantería de los libros que seguro prestarás a tus amigos, alejado varios metros de las cajas donde duermen aquellos otros de corte purista en los que un ampuloso autor trató de enseñarte a usar unas herramientas, técnicas y sistemas operativos que, como la Coca Cola una vez abierta, pasado un tiempo han perdido su efervescencia.
Yago Jesús, editor de SecurityByDefault.com