Hace ya mucho tiempo que anunciamos que la editorial de Hacker Épico, 0xWord, nos informó que haría un comic basándose en la historia de nuestro héroe particular. Aquella fue una gran noticia y esperábamos ansiosos el resultado que hoy ya podemos ver.
Tanto Rodrigo como yo hemos sido meros espectadores de cómo Eve Mae le daba vida y dibujaba nuestras aventuras.
Eve, una joven artista con mucha experiencia y fuerza, ha trabajado página a página y capítulo tras capítulo en un largo y duro viaje que por fin se puede apreciar y que personalmente pienso ha quedado impresionante.
La adaptación, editada en A4, cuenta la misma historia dejando de lado las acciones técnicas y centrándose en la aventura.
Tal y como hicimos con el libro, publicando el prólogo de Yago, os dejamos el prefacio que hemos escrito y que acompaña esta edición en sus primeras páginas.
Prefacio: Hacker Épico se hace estético.
Hace más de dos años, cuando vimos publicado nuestro Hacker Épico, no
podíamos estar más satisfechos. Concluía un largo camino que, como todo proceso
creativo, había tenido sus escollos, pero que en general había resultado divertido y
gratificante. La enorme acogida que tuvo el libro, así como los generosos
comentarios de los primeros lectores, que pedían casi sin excepción una segunda
parte, nos hizo alcanzar la cima del entusiasmo. Y justo cuando nos encontrábamos
allí arriba, incrédulos de la suerte que había corrido nuestro pequeño proyecto
literario, vino Chema Alonso, cual hada madrina, para cumplirnos un nuevo deseo.
Un deseo que ni siquiera sospechábamos que teníamos hasta que él nos lo planteó.
Chema había demostrado valentía al publicar un trabajo tan diferente de los
libros técnicos que venía ofreciendo su editorial. Cuando nos llamó para
comentarnos su idea, nunca imaginamos que esta pudiera superar a la anterior en
audacia. Y así fue. Como gran amante del noveno arte, Chema pensó que la
aventura de nuestro hacker Ángel Ríos podía adaptarse a las viñetas. Quería, en
definitiva, editar un cómic de Hacker Épico. Tras tomarnos unos segundos para
digerir la noticia, saltamos de emoción. También nosotros somos lectores de
cómics, aunque estamos lejos de alcanzar el nivel del maestro Chema, y en no
pocas ocasiones, mientras escribíamos una escena, la imaginábamos como una
viñeta, y a nuestros personajes bien dibujados sobre ella. Ni que decir tiene que la
propuesta nos pareció fantástica, en las dos acepciones de la palabra, por irreal y
extraordinaria. Pero si una mezcla de novela negra y manual de hacking había
funcionado, ¿por qué no iba a funcionar un cómic sobre la misma base?
Ya que el experto era Chema, él se encargó de buscar a la persona más
adecuada para llevar el proyecto a buen puerto. Nosotros sabíamos que estaba en
las mejores manos. Finalmente, encontró a Eve Mae. Su obra previa la acreditaba
como una excelente artista. Cualquiera que contemple sus dibujos, sea lego o
avezado en la materia, no podrá decir lo contrario. Pero es después de ver acabada
su visión de Hacker Épico cuando comprendimos que, efectivamente, ella había
sido la mejor elección para adaptar nuestra historia.
Nosotros sabíamos que la adaptación no iba a ser un camino de rosas. Las
peculiaridades de la novela, parte de ella dedicada a explicar cuestiones técnicas y
procesos informáticos, dificultaban enormemente una traslación exacta. Algo, por
otro lado, nunca deseable en la adaptación de una obra original, pues la historia se
tiene que amoldar a cada medio de expresión. Por suerte, Eve se implicó desde el
primer momento con un ímpetu arrollador. Leyó y releyó el libro, nos interrogó
sobre algunos aspectos que necesitaba aclarar, interiorizó la trama y la hizo suya,
trabajó con el texto hasta convertirlo en un guión que pudiera desarrollar luego en
imágenes, todo ello con una dedicación y voluntad de superación admirables. Con
todo ese material, que no constituía más que los cimientos y el armazón sobre los
que edificar su edificio creativo, Eve comenzó a dibujar. Al admirar, pues no hay
mejor verbo para definir la contemplación extasiada de algo, los primeros bocetos
de nuestros personajes, que de algún modo ya estaban pintados en nuestra
imaginación, asentimos con la cabeza y exclamamos al unísono: ¡Mola! Aquellos
trazos en blanco y negro, con alto contraste y estética noir, eran, aunque suene
cursi decirlo, la materialización gráfica de nuestros anhelos. Y asistir a todo este
proceso, bien es cierto que como simples espectadores, pues el esfuerzo y el mérito
son sólo de Eve, ha sido un espectáculo fascinante.
Angel Rios visto desde su propio portátil. |
Con el cómic ya terminado, Ángel Ríos ha vuelto a vivir su aventura. Una vez
más, ha arrostrado graves peligros por su amada Yolanda; de nuevo, ha superado
obstáculos gracias a sus conocimientos informáticos; también como antes, ha
necesitado la ayuda de su amigo Marcos. Pero esta vez es diferente. Esta vez no
hemos sido nosotros quienes lo hemos llevado de la mano; esta vez no hemos
tenido que dirigirlo en sus decisiones ni acompañarlo allá donde estas lo llevaran.
Ahora lo vemos desde arriba, como unos padres cariñosos que vigilan a su hijo
desde la ventana, acompañado por Eve Mae, que ha creado a su vez esa ventana
llamada viñeta para nuestro deleite. También para deleite de cualquier lector que
abra las páginas de este Hacker Épico.
Para nosotros, hacerlo ha sido una experiencia alucinante. Esperamos que
también lo sea para el lector. Estamos seguros de que, haya leído la novela o se
acerque a esta historia por primera vez a través de los pinceles de Eve Mae, no se
sentirá decepcionado y sabrá reconocer el asombroso trabajo de una artista genial.
Alejandro Ramos y Rodrigo Yepes
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